Para los que se han iniciado hace pocas fechas en este mundo les recuerdo que el pasado 2 de febrero salió un reportaje Hickory en el periódico ABC.
A continuación tenéis dicho artículo aunque me he permitido la licencia de ilustrarlo con algunas fotografías.
Un grupo de entusiastas recupera la esencia del juego con las reglas y los palos de hace un siglo.
Un viaje al pasado, a la esencia misma de lo que un día fue el deporte del golf. Esa es la propuesta de los entusiastas del hickory, una modalidad que recupera las reglas y el material de hace un siglo para divertirse, aún más, sobre el verde y que en España ha empezado a adquirir velocidad de crucero. «Empezamos dos o tres, y ahora en cada torneo somos cerca de treinta personas», explica a ABC Freddy Lilly, entrenador de la Federación de Golf de Madrid y uno de los promotores del circuito profesional de hickory, que ayer inició su segunda edición ampliando su campo de acción a los jugadores aficionados. Lilly y otros maestros, como Armando Martín o Miguel Carrasco, son los impulsores de esta disciplina que busca la pureza del juego y que ya cuenta con un gran arraigo en países como el Reino Unido, Estados Unidos o Suecia. «Hoy en día tienes treinta palos para elegir, las bolas llevan un GPS incorporado y se miden las distancias con láser. El hickory huye de todo eso. Se juega con apenas seis palos y con el mínimo de reglas posibles, las que funcionaban en 1920. Intentamos recuperar también las normas de conducta, la caballerosidad».El reglamento del hickory exige también que la vestimenta sea la de antaño, por lo que el campo se llena de pantalones bombachos, camisas blancas, corbatas, pajaritas, gorras planas y faldas largas. «La gracia está también en vestir como en la época. Es una forma más de divertirnos y de continuar celebrando los torneos en la barbacoa posterior, aunque eso ahora lo tengamos aparcado…».
Una de las mayores dificultades que se encuentran los promotores está en surtir de material a los interesados. «Solo se permiten palos fabricados antes de 1935, con las varillas de madera de nogal (hickory) americano». Ellos mismos ofrecen un servicio de alquiler y restauración para quienes quieran iniciase. Cada palo tiene su nombre y su función. Spoon, Mashie, Niblick…Todos tienen su correspondencia en las maderas y hierros actuales, aunque cambian los grados. «Antiguamente la hierba era más alta y había muchas más irregularidades en el terreno, por lo que hasta el putter tiene una ligera inclinación para levantar la bola».
Un juego para hábilesLas características del material, también su fragilidad, obligan a los practicantes del hickory a adaptarse, a extremar su juego de muñeca y sus habilidades, a trabajar su creatividad. La potencia queda aparcada. «Jugamos en campos que midan menos de 5.500 metros o, en su defecto, los acortamos saliendo desde el tee de señoras. Con el drive hacemos, como mucho, 220 metros, y al tener una bolsa reducida debemos jugar muchos medios tiros. Los palos son muy sensibles y hay que tocar la bola en su punto dulce para dar un buen golpe. Con los palos de hoy en día hay mucho margen de error si el impacto no es perfecto, pero con los hickory no ocurre eso».
La aceptación del hickory sigue creciendo poco a poco y ha despertado el interés de jugadores profesionales del prestigio de Carlos Balmaseda o Santi Luna, ganador de un título del circuito europeo. «Me traslada a mis inicios, cuando jugaba partidos con mi hermano Salva al lado de casa con hoyos hechos por nosotros», recuerda Luna, para quien esta disciplina es una oportunidad de jugar sin tanta presión. «Yo me concentro en hacer un swing muy suave y con mucho ritmo para conseguir el mayor número de buenos impactos, entre otras cosas porque tengo la sensación de que si voy muy fuerte el palo se puede romper. Con estos palos se desarrolla mucho feeling y a mi me gusta. No hay más, paciencia y buen toque». Luna, por cierto, fue el autor del primer albatros con palos hickory en España, al firmar dos golpes en el hoyo 18 del campo segoviano de La Faisanera, un par 5 de casi 400 metros desde las barras rojas.
Las reglas. El juego
Se jugará la bola como repose. No se permiten guantes ni «tees». Solo en la salida se podrá acomodar la bola sobre tierra, arena o alguna «moñiga» de oveja que ande cerca.
Los palos
La bolsa se llevará al hombro. Están permitidos de 6 a 8 palos con varilla de madera anteriores a 1935. Los más habituales son madera 3, hierro 5, hierro 7, hierro 9, sand wedge y putter.
Las bolas
Deben ser de compresión baja, las más blandas del mercado, para que la varilla no se rompa al golpear.
Hickory golf, al campo con bombachos y pajaritaUn viaje al pasado, a la esencia misma de lo que un día fue el deporte del golf. Esa es la propuesta de los entusiastas del hickory, una modalidad que recupera las reglas y el material de hace un …www.abc.es |